San Pedro Sula, Honduras.
El periodo de sequía En el país ha sido intenso y hasta la fecha se han registrado lluvias sólo en algunas regiones, lo que ha llevado a miles de productores a dejar de preparar la tierra y sembrar sus cultivos.
El prolongado verano ha dejado el suelo duro y seco. La llegada tardía de las lluvias amenaza con reducir las áreas de siembra, provocando un déficit de alimentos básicos como maíz y frijol. El maíz requiere 120 días de agua y los frijoles 86, por lo que se necesita al menos una temporada de lluvias de cinco meses.
Resumen crítico
Dulio Medina, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Granos (Prograno), afirmó que, respecto al año pasado, se podría perder entre el 30% y el 40% de las cosechas, lo que reducirá la oferta nacional desde un principio. Si durante el proceso de cultivo, en pleno invierno, se presentan fenómenos adversos, las pérdidas podrían aumentar hasta un 50%.
« La producción de alimentos está en peligro y las posibilidades de un buen invierno se reducen «
Dulio Medina, presidente de Prograno
“Mucha gente siembra a partir del 25 de mayo, pero como no hemos llegado a esa cobertura de siembra, se va a extender hasta el 15 de julio. Luego pasaremos del primero al último, un mes en el que el suelo está esterilizado por la canícula y no se puede sembrar. ”, agregó Medina, quien ejemplificó que la primera siembra estaría disponible el 20 de agosto para el frijol, mientras que el maíz hasta octubre.
Nicaragua actúa como termómetro para Honduras; Es decir, si Nicaragua, Costa Rica y El Salvador mantienen su producción y no suben los precios, cuando Nicaragua se quede sin frijol, por ejemplo, los precios subirán y esto impactará a toda nuestra región.
De acuerdo a Germán Pérez DeStephenIngeniero agrónomo de la Universidad El Zamorano, quien cuenta con más de 50 años de experiencia en el sector agrícola, cada región se ve afectada durante un período de sequía por falta de agua.
« Hay cerca de 2,3 millones de personas con inseguridad alimentaria en nuestro país «
Germán Pérez Destephen, ingeniero agrónomo especializado de la Universidad Zamorano
Las plantas sufren en crecimiento y producción, y muchos cultivos mueren, incluso aquellos con sistemas de riego, a medida que disminuyen las fuentes de agua y aumentan las plagas y enfermedades. En algunas zonas más secas se están reportando muertes y enfermedades en animales, como el ganado.
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“Hay pérdidas de cultivos, áreas que se pierden y descensos en los rendimientos. En los mercados habrá menos oferta de productos, que tienden a subir de precio y tenemos que importar porque no hay de estos, lo que significa que necesitamos divisas para importar, y la canasta básica se disparará», advirtió el Consultor en desarrollo rural y gestión empresarial.
El maíz y el frijol son sólo una parte de la crisis que puede surgir de esta situación. En el caso del arroz, se espera producir sólo unos 500.000 quintales frente a una demanda de 4 millones, lo que obliga a importar la diferencia. Más del 80% del arroz ha sido importado y su cultivo requiere grandes cantidades de agua.
55
municipios están en categoría roja por sequía, 130 están en alerta amarilla, tres en alerta verde y de 110 no hay datos, según el último informe de Copeco.
Según estimaciones de los productores locales, los granos básicos generan el 5% del Producto Interno Bruto (PIB), y todo el sector agrícola aporta el 13% del PIB del país. El año pasado las exportaciones disminuyeron y, este año, los productores siguen reportando dificultades.
Otros cultivos afectados incluyen el café y diversas hortalizas, como la papa. El prolongado verano ha provocado que las fuentes de agua se sequen y sin agua no es posible el riego.
Ellos sufren
Aunque el inseguridad alimentaria amenaza a nivel nacional, los municipios de la corredor seco Son los que corren mayor riesgo. Ejemplos de estas áreas incluyen Choluteca, Comayagua, El Paraíso, Francisco Morazán, La Paz y Valle. Otras regiones, como Yoro y Colón, atraviesan una situación similar.
En el corredor seco, además de la falta de agua suficiente, los suelos se encuentran degradados, y a pesar de los esfuerzos por obtener producción, estos suelos ya no rinden, al no haber recibido los cuidados necesarios. El corredor seco conecta parte de la región suroeste con el centro de Honduras, país donde la pobreza afecta a más del 70% de sus 9,8 millones de habitantes que registra actualmente el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Por otro lado, en el Valle de Sula se producen una variedad de cultivos como plátano, yuca, maíz y frijol, pero debido al verano, el ambiente se torna gris.
Carlos Ramos, dirigente agrícola del municipio de Sulaco, Yoro, destacó que este verano ha sido el más seco que han vivido. “Gracias a Dios tenemos un sistema de riego que nos permite sembrar en cualquier momento, pero las tierras que dependen de la lluvia natural no están preparadas, no podemos sembrar primero. Las consecuencias son graves, la falta de pasto está afectando al ganado y estamos muy preocupados, no podemos esperar más para sembrar primero”, lamentó Ramos.
La mayoría de las personas que trabajan en el campo lo hacen en tierras que no les pertenecen, y muchas enfrentan dificultades para acceder a préstamos que les permitan cultivar.
Mientras algunos crecen para vender y distribuir sus productos hasta llegar al consumidor final, otros lo hacen para consumo propio como medio de subsistencia.
Para lo que resta del año, los productores piden acceso al crédito no como un préstamo, sino como un subsidio para superar la crisis.
Aunque el Banco Nacional de Desarrollo Agropecuario (Banadesa) los ha apoyado prestándoles dinero para poder trabajar, los productores alegan que no han recibido el apoyo suficiente por parte de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (Sag) para realizar sus cultivos.
“Pedimos al Gobierno que no abandone a los productores, hemos enfrentado un problema grande, los pocos cultivos que hemos producido no tienen mercado, los precios están muy bajos, todo está caro y los productores están perdiendo”, instó Ramos.
Entre los llamados de la comunidad agrícola está bajar el precio de los insumos y aumentar el valor de los cereales. Recordó que sólo el 30% de la producción se logró en la siembra del postre.
“Hay hambre en las casas, estamos produciendo menos, tenemos deudas y no podemos pagarlas ni traer dinero para comprar comida”, afirmó. Entre los principales temores están la intención de emigrar por la falta de oportunidades, la ausencia de apoyo ante el impacto del cambio climático y el miedo a la hambruna por la escasez de alimentos.
Darío GarcíaEl ministro de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), señaló que más de 140 municipios se encuentran en alerta por sequía, principalmente asociada a la pobreza extrema. “Hemos centrado nuestra atención en todos estos municipios, intentando brindar ayuda humanitaria. “Estamos esperando la primera siembra, que no sólo brindará la fuente de alimento necesaria, sino también una oportunidad para generar recursos económicos”, afirmó.
Las alertas del Gobierno buscan contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional, así como al acceso al agua para consumo humano en municipios afectados por la sequía a través de una adecuada planificación y coordinación interinstitucional.
El Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos) ha señalado que los efectos del fenómeno de El Niño han reducido las precipitaciones en gran parte del territorio nacional.
La sequía podría afectar la seguridad alimentaria y nutricional, así como el acceso al agua de miles de personas en los municipios en alerta, donde familias viven de cultivos de subsistencia como maíz y frijol. Cenaos informó que entre el 9 y 12 de junio esperan lluvias más concentradas en todo el país, y puede haber el ingreso de una onda tropical.